Estimado Viajero de la vida

Al observar la publicidad con la cual se pretenden vender los ultra lujosos proyectos inmobiliarios que se ofrecen en el Condado de Miami-Dade, me parece ver la representación de la Arcadia de la leyenda griega, ese lugar imaginario donde reina la felicidad, la paz y la abundancia, una ciudad idílica sin ningún tipo de carencias, problemas o complicaciones donde la gente sonríe y disfruta las 24 horas del día en perfecta comunión con su entorno.

Claro que esta representación sublime de la capital de la Américas nunca va enfocada o dirigida al mercado local,  sino más bien busca atraer al capital extranjero a través de una muy bien elaborada estrategia de seducción y mercadeo que pretende vender a nuestra ciudad como lo que no es y nunca será.

Recientemente, mientras daba un paseo nocturno por la ciudad de Miami-Beach, observé con asombro la intrusión del agua del mar en muchas de sus principales calles y avenidas.  Ingentes cuadrillas de trabajadores apuraban su paso para instalar bombas de agua que ayudaran a controlar la situación, la cual ya se ha hecho algo muy común en noches de luna llena. En las horas de marea alta o “pleamar”, la atracción gravitacional que hace la luna llena sobre el océano logra desbordar el agua de mar y en consecuencia inundar muchas de las calles hasta con 30 centímetros de agua.  Y si a esto agregamos sólo media hora de copiosas lluvias, tenemos la receta perfecta para el caos.

Este fenómeno natural se hace cada vez más prevalente y se debe a la crecida contante del nivel de las aguas de los océanos producto del cambio climático.  La oficina de “Administración Nacional del Océano y la Atmósfera” conocida por sus cifras en inglés como NOAA, viene elaborando mapas que muestran las zonas costeras de la Florida que quedarán definitivamente sumergidas en el transcurso de los próximos 50 años, de mantenerse el ritmo actual de incremento en el nivel de los océanos.

En la materialización de lo absurdo, la NOAA estima que  934,000 viviendas y edificios se verán afectados en la Florida por el incremento del nivel de las aguas del mar, esto quiere decir que 12 de cada 100 viviendas sufrirán el impacto del cambio climático antes de llegar al 2075.

En este sentido, tanto el Condado de Miami-Dade como las diferentes ciudades que lo integran, se encuentran trabajando en planes para lograr el financiamiento de proyectos de inversión e infraestructura que permitan mitigar los efectos del aumento del nivel de las aguas.  Las obras más urgentes comprenden: Elevación del nivel de las calles; sistemas de bombeos, canales y diques; reubicación de muchos sistemas de servicios públicos tales como postes y líneas de electricidad, transformadores, alcantarillas, cableados subterráneos y colectores de aguas servidas;  adaptación de puertos y aeropuertos; y lo más importante, implementación de sistemas masivos de desalinización que nos permita contar con agua potable, ya que las reservas de agua dulce contenidas en el “Acuífero de Biscayne” se encontrarán penetradas por la intrusión del agua de mar.

Entre los efectos económicos más inmediatos de este fenómeno podemos citar:  El incremento de los impuestos a las propiedades, en especial en aquellas ciudades del condado con mayor riesgo; aumento del pago que se hace a la asociaciones o condominios de los edificios, en especial aquellos cercanos a las líneas costeras; incremento exagerado del precio de las pólizas de seguro; aumento en el costo de los servicios públicos; negativa de los bancos a otorgar financiamiento a 30 años en las franjas de riesgo; disminución de la actividad turística por la erosión y perdida de las líneas costeras; desplazamiento de comunidades y  disminución o pérdida de valor de las propiedades en las zonas afectadas.

La tarea no será fácil pero es un hecho que debemos afrontar. Miami no está lista ni preparada para la subida del nivel del mar. Si los científicos están en lo cierto, el cambio será gradual pero indetenible.  Para finales del presente siglo tendremos un mapa de Florida totalmente diferente al que tenemos ahora. El aumento del nivel del mar es un tema sobre el cual se necesita educar y elevar la conciencia de todos los floridanos ya que definitivamente va a cambiar nuestro “modus vivendi”.  Lo que podamos hacer en lo que respecta a nuestra infraestructura serán sólo paliativos, por demás muy costosos, para mitigar los efectos de un océano cada vez más creciente. La causa del problema radica en la manera como nos hemos relacionado con nuestro medio ambiente y es allí donde debemos enfocarnos con mayor dedicación.

Afortunadamente corresponderá a nuestros hijos, aquellos que denominamos “millennials”, y los que les siguen, el tomar el control de lo existente a través de un estado de conciencia más elevado.  Estarán mejor capacitados para asumir los nuevos retos. El lujo ya no estará de moda, el derroche y el abuso de los recursos naturales ya no será la norma y sabrán vivir en mejor armonía con su entorno.  Pero es nuestra obligación la de empezar a dar los primeros pasos en este sentido y prepararnos como especie humana para enfrentar los retos y desafíos que nos impone el inevitable cambio climático.

José Luis Cortesi

Real Estate Broker &

Community Assoc Manager

Lic. en el Estado de la Florida

josecortesi@mybluestar.us