Estimado viajero de la vida,

Reza un famoso dicho americano que de la “muerte y los impuestos nadie se salva”. Tal vez no sea mucho lo que podamos hacer con la primera, pero definitivamente con un poco de planificación lograremos estar preparados para lo segundo.

A principios del pasado año, me sorprendió la triste noticia del fallecimiento de un cliente y amigo. Brillante empresario que supo hacer en corto plazo una pequeña fortuna en los Estados Unidos de América. Confieso que me sentí muy frustrado y molesto con dicho evento. Aún no le tocaba, era muy temprano y mucho el camino que le quedaba por recorrer. Una joven esposa e hijos pequeños sufrirían el impacto de tan inesperada partida.  

La audacia en los negocios y la facilidad innata que poseía en hacer dinero eran los elementos más característicos en él. Aunque debo reconocer que la planificación fiscal y el buen orden con sus papeles no era precisamente la cualidad que mejor le adornada. Y ni hablar de un testamento o un “trust”, eso lo consideraba “pavoso o de mal agüero”.   Gran variedad de propiedades, automóviles, cuentas bancarias, bonos, acciones y hasta un lujoso bote formaban parte de su activo hereditario, pero lo más alarmante, se encontraban a título personal.

Apenas los bancos se hicieron con la noticia del fallecimiento, las cuentas fueron congeladas incluyendo el acceso a las cajas de seguridad donde se guardaban las prendas de la familia. Luego de la muerte, TODAS las propiedades y bienes que se encontraban en los Estados Unidos pasaron inmediatamente a una condición legal obligatoria que se denomina “probate”, lo cual consiste en un proceso mediante el cual la Corte Civil determina la distribución de los activos y pasivos hereditarios de acuerdo a lo dictaminado en el testamento y en ausencia de éste, de acuerdo a las normas de distribución que establezca la ley.

La casa familiar también debió incluirse en el “probate” y ningún activo pudo ser vendido o dispuesto hasta tanto el Juez lo autorizara, luego de varios meses de espera y mucho dinero en abogados. Lo más relevante, mi amigo apenas contaba con una visa de inversionista y el “Tío Sam” o la oficina recaudadora de impuestos llego a tomar hasta de un 50% del activo hereditario.

A la mayoría de nosotros nos desagrada confrontar la idea de que algún día nos despediremos de este mundo. Pero debemos asumir que ese día ya está allí. No hay tiempo que no llegue ni plazo que no se cumpla. Por eso es tan importante una debida planificación y una correcta asesoría. Por lo menos un testamento, un poder de salud, un poder a la esposa o esposo para ser usado en los momentos más difíciles, un “trust” o fideicomiso que les permita dar instrucciones en vida para que se cumplan luego de la muerte; y para aquellos que tengan hijos menores, dejar en claro quiénes serían los guardianes en caso de ausencia de los padres.

El gobierno americano tiene el poder y facultad para gravar con impuestos a sus ciudadanos, a los residentes legales e inclusive a los extranjeros que posean bienes o negocios en este país. No es cierto que, por ser extranjero, no se tenga la obligación de pagar impuestos en los Estados Unidos de América. Bien sea por herencia, donación, ingresos por rentas o venta de bienes raíces, los extranjeros también están sujetos al pago de impuestos, en sus diferentes modalidades.

Para todos aquellos que posean activos o bienes en los Estados Unidos, les insto a consultar con un abogado y contador público certificado (CPA) que sean especialistas en planificación fiscal y pagarles sus honorarios sin sentir dolor o remordimiento. De seguro será una de sus mejores inversiones. Quiero dejar en claro que un “paralegal” y un “notario” no son abogados, que un “preparador de impuestos” no es un contador, que un “realtor” o agente de bienes raíces no debe dar consultas legales y que ningún “cajero o ejecutivo de un banco”, aunque use traje elegante y linda corbata, están autorizados ni deben brindar asesoría en esta materia. Tengan mucho cuidado con el “Dr. Calle”, sobre todo con los cuentos de camino de lo que dijo o hizo el amigo del primo de un sobrino.   En este país no hay atajos y existe un solo camino y una sola oportunidad para hacer las cosas bien. Los errores y el descuido se pagan con un alto precio.

De la muerte nadie nos va a salvar, ese día ya está escrito en el libro de cada una de nuestras vidas, pero con un poco de planificación y buena asesoría podremos manejar apropiadamente el tema de los impuestos a la herencia, y lo más importante, el cuidado de los hijos menores y la correcta distribución y manejo de los bienes que conformarán el activo hereditario.

Que Dios los acompañe en este y todos sus viajes.

Jose Luis Cortesi

Real Estate Broker / Community Assoc. Manager

Licenciado en el Estado de la Florida

josecortesi@mybluestar.us