Estimado viajero de la vida,

El arte de vender el “gato dentro del saco” y hacerlo pasar por una liebre, es un oficio muy antiguo que data desde el principio de los tiempos. Siempre han existido personas habilidosas que se valen de la candidez e inocencia de los demás para seducirlos, timarlos o engañarlos.

Mediante el uso de técnicas y sutilezas cada vez más elaboradas, son abundantes las ofertas de productos o servicios engañosos que se esconden dentro de un lindo empaque e invitan o generan la necesidad de comprarlos o poseerlos. Tendemos a confundir el contenido con el envoltorio, el marco con el cuadro, la belleza exterior con las cualidades interiores.

Son muchos los que ofrecen liebres, pero es un gato lo que viene dentro del saco, y por lo general el gato resulta feo, flaco y roñoso. Cuando nos damos cuenta, ya es demasiado tarde.

En mi oficio como consultor de bienes raíces, he sido testigo de muchas historias de “gatos dentro del saco”. Compartiré con ustedes algunos pequeños relatos que podrán sonar muy familiares y de seguro hará reflexionar a muchos de ustedes:

  1. A la Sra. Teresa le ofrecieron una estación de servicio en la ciudad de Naples, FL. Invirtió $250,000 en los activos sin incluir la tierra e hizo depender su visa de ello. En los últimos dos años no ha obtenido ganancias y apenas ha cubierto su salario. Recientemente su negocio fue cerrado por las autoridades ambientales debido a una fuga de combustible. La Sra. Teresa finalmente reconoció que se confió en los números amañados que le presentó el vendedor y no utilizó los servicios de un contador para realizar una auditoría del negocio. Tampoco se preocupó por las inspecciones de los tanques de almacenamiento de combustible. Sencillamente no sabía que eso era una parte indispensable de la operación del negocio;
  2. Al Sr. Pedro lo embaucaron con una propiedad en Brickell que le generaría un 8% de retorno anual sobre lo invertido. Nunca revisó los números y tampoco se dio cuenta que le habían ocultado gastos y exagerado las ganancias. ¡Qué ironía la de algunos “asesores” que en su vida no han comprado ni una bicicleta y se creen con el derecho de decirles a los demás donde deben invertir su dinero! Pedro quedó tan traumado que juró nunca más invertir en la Florida. Aún no ha podido deshacerse del gato, y eso que ha tratado de venderlo en un saco de terciopelo rojo. Una vez más, pagan los justos por los errores de los pecadores;
  3. El hijo del capitán Esteban fue arañado por un gato muy odioso en la ciudad de Weston cuando se enteró que la casa en alquiler donde recién se habían mudado se encontraba en ejecución hipotecaria y que debían desocupar de inmediato. Aún recuerdo a su esposa cuando le decía: “Te lo dije, te lo dije que no podíamos confiar en el aviso del periódico donde se ofrecía la casa tan barata … te lo dije… allí había gato encerrado”;
  4. Solo bastó una presentación en “power point”, un “video”, dos tragos y una linda sonrisa por parte de la vendedora de un proyecto en pre-construcción, para que mi amigo Camilo tomara la decisión de comprar en pre-construcción la casa de sus sueños. Oh sorpresa … la propiedad que le entregaron dos años mas tarde se encuentra al lado del basurero municipal y pago tres veces el precio de lo que realmente vale;
  5. Un deudor del Sr. Candelario lo convenció de recibir como parte de pago un apartamento en Kendall. Le dijo que dicha propiedad se encontraba bajo una corporación y finalmente lo persuadió para recibir las acciones de la empresa y así evitarse los gastos que involucra el trabajo de una compañía de títulos. Pobre Candelario, aquí el gato le salió muy feo cuando se enteró que la empresa que inocentemente había recibido tenía deudas por más de $100,000 y la mayor era con la oficina de recaudación de impuestos;
  6. A Manuel le ofrecieron una maravilla de negocio. Con la ayuda de un primo de un amigo compró por $60,000 dos apartamentos en Coral Springs a través de una subasta en la Corte. Ya se veía a sí mismo como el magnate inmobiliario de la Florida al haber encontrado la tan codiciada piedra filosofal. Lo que nadie le dijo es que dichas propiedades se encontraban prácticamente destruidas, con grandes deudas al condominio y en comunidades con limitaciones de renta y de edad. El gato le brincó en la cara cuando se enteró que el 75% de las unidades del edificio estaban a la venta por menor valor de lo que había pagado.

A la mayoría de nosotros nos ha costado mucho esfuerzo conseguir lo que tenemos. Entonces cuidemos lo que hemos adquirido y actuemos con prudencia, porque el dólar que sale hoy de nuestro bolsillo es difícil que regrese. Cuando usted sienta que todo luce muy bonito y casi perfecto, es probable que haya un gato encerrado. Descúbralo, sáquelo del saco y se lo devuelve tal cual a quien se lo ofrece.

Infórmese, ocúpese y verifique las credenciales de quien le propone una inversión o negocio. Averigüe sobre su trayectoria y reputación. No se deje seducir por ofertas engañosas, falsas atenciones, besos y abrazos que puedan esconder malas intenciones. Invierta en servicios profesionales de abogados, contadores y consultores de bienes raíces de reconocida trayectoria. Si cree que los servicios de un buen profesional resulta costoso, es porque no tiene idea de lo costoso que le puede resultar embarcarse en un mal negocio.

Como dice el dicho, quien no oye consejo no llega a viejo. Que Dios los acompañe en este y todos sus viajes.

Jose Luis Cortesi

Real Estate Broker / Community Assoc. Manager

Licenciado en el Estado de la Florida

josecortesi@mybluestar.us