Desde la ventana de mi oficina puedo observar a diario los aviones procedentes de mi querida Venezuela enfilando al Aeropuerto Internacional de Miami. Son aviones cargados de sueños, ilusiones y esperanzas de aquellos que buscan un futuro diferente. Son aviones repletos de cientos de preciosas semillas con todo su potencial para germinar en un nuevo suelo.
He tenido la suerte de ser hijo de padres inmigrantes que llegaron a Venezuela en búsqueda de un sueño que su natal Italia no les podía ofrecer. Los relatos y añoranzas de aquellas tierras lejanas siempre se hacían presentes en las tertulias de la sobremesa y esto me permitió entender el concepto sagrado que todo ser humano es libre de optar por un mejor futuro para él y su familia.
Estas líneas van dirigidas especialmente a aquellos nuevos inmigrantes que como yo, han tomado esa decisión de vida tan importante. Una decisión llena de un profundo amor por la familia; una decisión que envuelve con mucho honor el sacrificio y la entrega que se hace presente en todo proceso migratorio.
Han transcurrido más de 12 años desde que inicié mi aprendizaje en esta nueva patria. Son muchas las experiencias y lecciones que podría compartir con ustedes, pero esta vez me voy a referir al importantísimo proceso que tiene que ver con la gestación e implementación de sus planes de negocios e inversión en este país.
No crean que por llegar a Miami, trabajar 18 horas diarias y apurar la creación de un nuevo negocio cuya planificación tuvo lugar en atribuladas noches de insomnio en Venezuela, signifique que están aplicando la receta correcta para el éxito. Nada más alejado de la realidad. Muy pronto algunos de ustedes descubrirán que el plan de negocio que venía empacado en las maletas junto con la ropa y los zapatos no funciona como se esperaba e inclusive se puede convertir en un retorcido mecanismo para comerse los ahorros.
A pesar que el idioma español nos dé la bienvenida, esto no significa que podamos arrastrar los mismos patrones de conducta y aprendizaje que traemos de Venezuela. En esta nueva tierra muy pocas cosas son lo que parecen. El trabajo más difícil consiste en “pensar, aprender y aprehender de nuestro nuevo entorno”. Y esta es la sagrada tarea que les pido que hagan los primero 9 meses. Aunque suene extraño, los primeros 9 meses no emprendan ningún nuevo negocio, no inviertan sus capitales y no dediquen sus ahorros a otros eventos diferentes que la vivienda, la alimentación y la educación de sus hijos.
Este será un periodo de gestación que se debe dedicar a la asimilación y entendimiento de las normas, costumbres, formas y maneras de hacer las cosas en un país que recién empezamos a conocer. Muchos descubrirán que la compasión por los demás es un valor que aún necesita ser trabajado, y el egoísmo e interés de algunos que nos dan la “bienvenida” se disfraza a veces de inocente altruismo y hermandad.
Este aprendizaje de 9 meses les permitirá tener claro lo que se desea y muchos descubrirán que los planes que venían en el equipaje ya no son viables o sencillamente no era lo que Dios tenía reservado para ustedes. Sólo el tiempo nos aclara la visión, activa el sentido común y nos ayuda a evitar errores.
Les pido que estén preparados para manejar el sentido de la separación, el sentimiento de que nos han quitado algo o nos han forzado a tomar decisiones de vida que no queríamos o no estábamos preparados para afrontar. En la tarea de comprender el proceso que conforma ser un “Inmigrante”, tus valores y tu conciencia serán el punto central. Serás libre de elegir o rechazar lo que esta nueva vida te ofrece, pero no eres libre ni tendrás el permiso para estar dormido o sentirte derrotado. Tienes que ser siempre consciente de lo que ocurre, inclusive si te puede causar dolor o fatiga, porque es fácil estar en el presente cuando las cosas van bien, pero no lo es cuando las cosas no salen como se esperan.
Más allá de la ansiedad o la angustia que pueda provocar el cambio de vida que ahora inician, deben estar convencidos que son ustedes Seres de Luz inmensamente amados por la Creación, eligieron este nuevo país como su nuevo hogar y su misión más importante a partir de ahora será vencer el miedo.
“Puesto que han dado el primer paso, se les prestará ayuda. Pues una vez que hayan elegido lo que no pueden completar solos, ya no estarán solos”. Bienvenidos a esta tierra de libertades y oportunidades. Bienvenidos a los Estados Unidos de América.
Que Dios les acompañe
José Luis Cortesi
Real Estate Owned Specialist
Licenciado en Florida en Bienes Raíces
y Community Association Manager
josecortesi@cortesirealtor.net
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